Utilizo el crear como un modo de expresión de mi complejidad humana. Así concibo yo la necesidad de diseñar. Surge de un impulso de comunicación de ideas y de axiomas inesperados, de imposible expresión en otros ámbitos o a través de otros medios.
Diseñar satisface una necesidad que es tanto propia como ajena. Se trata de lograr una comunicación, difícil de alcanzar a través de palabras u otros símbolos. Busco crear un vínculo entre el individuo y el otro, el ajeno; pretendo romper la monotonía de la indiferencia cotidiana, que el acelere urbano tiene como nota. Ansío crear momentos de contacto, de ruptura en la estática permanente de la comunicación entre los seres.
Trato de significar un "¡hola! ¡acá estoy!". Mi meta: satisfacer la necesidad de ser visto, de diferenciarnos entre tanta singularidad humana. Todos somos parecidos, semejantes en esencia; pero a la vez diferentes, únicos. Por eso buscamos acentuar esa diferenciación, para no perdernos a nosotros mismos en la marea humana de la sociedad moderna.Mi necesidad de crear surge de la idea de complementar, actualizar y diversificar la indumentaria; tratando de llevar innovación, que espero en un futuro ampliar y aplicar. Esta es mi primera generación, una primera bocanada de aire, que emana con intensión de novedad. Porque la naturaleza humana, compleja en esencia, necesita retroalimentarse mediante la diferenciación e integración al resto, pero sin alejarse de ciertas leyes de armonía y simplicidad.
¿Cómo me diferencio? Cada diseñador busca crear su propio impacto visual; el mío está dado por diseños minimalistas, de morfologías complejas, que permitan expresar, mediante pequeños recorridos o laberintos, la complejidad y a la vez la simplicidad de la persona que lo lleva. Jugando con conceptos contradictorios pero no irreconciliables, busco lograr la sinergia entre lo chic y la comodidad, entre la frescura y la carga conceptual de mis diseños. Ese es mi concepto. Esa soy yo, en mi rol de diseñadora.